Interioridades

miércoles, 3 de octubre de 2007

Infranqueable muro que se levanta tras mis ojos,
hacia ti va dirigida esta oda.
Mantente firme ante el enemigo tembloroso;
que, aunque cobarde y traicionero,
es persistente y mentiroso.

No te doblegues a sus falsas palabras;
no desfallezcas ante su inquina mirada;
no permitas que penetre su hedor nauseabundo;
no te ablandes frente a su tenaz estocada.

De tu fuerza pende mi calma;
mi serenidad reposa tras tus piedras;
tu tenacidad es vital para mi alma;
tu rendición sería mi muerte.

El paraíso resplandece en el bendito silencio;
entre la crepitante multitud conspira el diablo;
en tu refugio encuentro la paz;
tu fortaleza es mi esperanza.

Cuando el fatal destino caiga sobre ti,
olvida mis pretenciosas ansias de vivir,
no me engañes con astutas palabras,
y déjame morir.
Sí, ya sé que no es muy buena, pero, compréndanlo, es mi primer intento de crear algo que suene más o menos bien. Supongo que las siguientes saldrán mejor (si es que las hay), aunque algo me dice que la poesía no es lo mío.

2 Consejos, saludos, propuestas...:

MAYA dijo...

Pues yo creo que sí. Porque a mi me encantó y soy bien exigente en el tema.

un beso,

Maya

Desde mi Atalaya dijo...

Hola, sinceramente SI que me gusto tu poema, y me parece muy bueno, ademas trasmite mucho, eres muy intenso en tus sentimientos.
Un abrazo,
Soraya S.

Se acordaron de mí: