jueves, 23 de octubre de 2008
En una ocasión, Paulo Coelho escribió: “Tus aliados no serán necesariamente aquellas personas a quienes todos miran y de quienes afirman: «No hay nadie mejor». Muy al contrario: son personas que no temen errar y, por lo tanto, yerran mucho. Lo que hacen no siempre es elogiado o reconocido.”
Efectivamente así es. No siempre las personas mejor reconocidas por la sociedad son las más valiosas, de hecho sucede muy a menudo todo lo contrario. ¿Por qué ocurre esto? Vivimos en una sociedad meritocrática; esto quiere decir que se le da demasiada importancia a los méritos individuales. Da igual el valor interior de una persona, su calidad moral; lo único que se suele tener en cuenta es lo que haya hecho esta persona en la vida, lo que haya estudiado, a qué se dedica.
Si nos encontramos con antiguos compañeros de la escuela, lo primero que nos interesa saber de ellos es cuál es su profesión, qué hacen para ganarse la vida. Si éste o ésta nos dice que es gerente de una gran compañía, seguro que le prestaremos mayor atención que si nos cuenta que se dedica a vender seguros, por ejemplo. Queramos o no, lo hacemos inconscientemente; y lo mismo harán los demás con nosotros. Injustamente, tendemos a juzgar a cualquiera por lo que hace y no por lo que es.
Una persona sabia se enfrenta a otra, sea ésta quien sea, sin prejuicios, con la mente abierta, dispuesto a escucharlo y a conocerlo antes de hacer ningún juicio. De esta forma, las probabilidades de conocer a gente interesante, que de verdad merezcan la pena, se multiplican enormemente, así como las posibilidades de encontrar un auténtico amigo, de esos que tanto escasean.
Para ello es necesario aprender el difícil arte de escuchar, de opinar cuando sea necesario y de forma concienzuda, de no hacer juicios gratuitos e innecesarios, de no censurar a nadie por su apariencia y de dar una oportunidad a todo el mundo. Parece mucho pedir, sobretodo en un mundo donde las apariencias lo son todo, pero les puedo asegurar que la sabiduría les ayudará a todo ello.
Sólo hay una forma de conocer realmente a una persona: escuchándola y dándole al menos una oportunidad de demostrar su valía. Si no hacemos esto, podemos dejar pasar de largo a auténticas personas que nos podrían ayudar mucho en nuestra vida.
Relacionarse con los demás, no sólo es bueno, sino que además es necesario para lograr una existencia plena y satisfactoria. Tenemos que compartir nuestras vivencias, tanto las malas como las buenas; me van a permitir que les muestre de nuevo otro texto de Paulo Coelho que viene muy bien al respecto:
“Tenemos que compartir. Aunque sea informaciones que todos sabemos ya, es importante no dejarse llevar por el pensamiento egoísta de llegar solo al fin de la jornada. Quien hace esto descubre un paraíso vacío, sin ningún interés especial, y pronto se morirá de aburrimiento.
Habla. Dialoga. Participa. Nada hay más despreciable que el ´observador` acomodado y cobarde. Tu valor al expresar opiniones te ayudará a crecer en cualquier dificultad. Habla de las cosas buenas de tu vida a todo el que quiera oír. Habla de los momentos difíciles que puedes estar viviendo: da una oportunidad a los demás para que te den lo que necesitas, aunque sea tan sólo una palabra de apoyo.
La palabra es poder. Las palabras transforman el mundo y al hombre. Cuanta más energía positiva haya a tu alrededor, más energía positiva atraerás, y más se alegrarán los que bien te quieren. En cuanto a los envidiosos, a los derrotados, éstos sólo podrán hacerte daño si tú les das ese poder.”
Como decía antes, es necesario en la vida encontrar aliados, compañeros de tertulias, gente con la que compartir aficiones. Cuando nos abrimos de esta manera al mundo nos damos cuenta de la cantidad de gente que hay dispuesta a abrirnos sus puertas, a escucharnos; gente que tienen muchas cosas en común con nosotros y muchas otras que enseñarnos y que se interesan por nuestra vida y nuestros asuntos.Por supuesto que también hay muchas otras personas con las que no merece la pena ni compartir un segundo de nuestra vida. La sabiduría nos puede ayudar también a distinguir a este tipo de personas inmediatamente, antes de que éstas nos puedan hacer daño. Por desgracia, en el mundo hay demasiada gente egoísta, envidiosa, que sólo piensan en su propio interés. Pero como decía Paulo Coelho, estas personas sólo nos pueden hacer daño si se lo permitimos; para evitarlo sin entrar en conflictos innecesarios, lo mejor es alejarse de ellas cuanto antes. Conviene apartarse de todas aquellas personas que creen saberlo todo, que son incapaces de decir “no lo sé” cuando le preguntas lo que sea; de todas aquellas que jamás reconocen un error (ya que piensan que no se equivocan nunca); aléjate de los que acostumbran a criticar a los demás que no están delante, ya que harán lo mismo contigo cuando seas tú el que no esté. No te juntes con aquellos otros que sólo saben hablar de sí mismos, que no se preocupan nunca de los asuntos de los demás (aunque sea sólo por compromiso). Recuerda las palabras que le dijo el jesuita William de Baskerville a su discípulo en el libro El nombre de la rosa: “Huye de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia, y a veces en lugar de la de la propia.”
En esta sociedad en que nos ha tocado vivir, donde lo que prima son las apariencias y lo que los demás opinen de ti, sin importar si es cierto o no, es preferible juntarse con aquellos que no siguen la corriente, que no opinan como la mayoría, si lo prefieren, a los que se les suele llamar «bichos raros». No conviene dejarse llevar por la opinión de la mayoría, ya que éstos suelen juzgar a la gente atendiendo a prejuicios y temores y, sobretodo, a las propias limitaciones de cada uno debido a la gran competencia que existe. Únete a las personas que sonríen, que cantan, que bailan, que aprovechan la menor oportunidad que les da la vida para disfrutar, que saben arriesgarse. Huye de esas otras que están siempre tristes, que creen que todo el mundo está en contra de ellos, que sólo buscan el respeto de los demás sin arriesgar nunca nada por ello, que sólo ven el lado negativo de las cosas; en definitiva, que no tienen ni idea de lo que es la vida, ni desean tenerla.
Y un último consejo; cuando encuentres a alguna de esas personas que siempre están dispuestas a hacer lo que sea por los demás, que nunca ponen mala cara cuando se les pide algo, cuídala, trátala bien, no caigas en el error que solemos caer la mayoría en estos casos abusando de la buena voluntad de estas personas. Con esto lo único que se consigue es terminar quemándola y provocar que, tarde o temprano, se aleje de ti; al principio lo hará con cautela, dándote largas y poniéndote excusas cuando le pidas algo y, con el tiempo, llegará un momento en que sabrás que ya no podrás contar con esa persona para nada más. En cambio, si no abusas de ella, si le agradeces y le correspondes cada favor que te haga debidamente, si sólo le pides los favores que realmente te son necesarios, siempre sabrás que tienes a alguien cerca con quien puedes contar cuando lo necesites, y eso es algo muy importante en la vida y que no todo el mundo puede poseer. Como dijo William Shakespeare en una ocasión: “Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero”.
Efectivamente así es. No siempre las personas mejor reconocidas por la sociedad son las más valiosas, de hecho sucede muy a menudo todo lo contrario. ¿Por qué ocurre esto? Vivimos en una sociedad meritocrática; esto quiere decir que se le da demasiada importancia a los méritos individuales. Da igual el valor interior de una persona, su calidad moral; lo único que se suele tener en cuenta es lo que haya hecho esta persona en la vida, lo que haya estudiado, a qué se dedica.
Si nos encontramos con antiguos compañeros de la escuela, lo primero que nos interesa saber de ellos es cuál es su profesión, qué hacen para ganarse la vida. Si éste o ésta nos dice que es gerente de una gran compañía, seguro que le prestaremos mayor atención que si nos cuenta que se dedica a vender seguros, por ejemplo. Queramos o no, lo hacemos inconscientemente; y lo mismo harán los demás con nosotros. Injustamente, tendemos a juzgar a cualquiera por lo que hace y no por lo que es.
Una persona sabia se enfrenta a otra, sea ésta quien sea, sin prejuicios, con la mente abierta, dispuesto a escucharlo y a conocerlo antes de hacer ningún juicio. De esta forma, las probabilidades de conocer a gente interesante, que de verdad merezcan la pena, se multiplican enormemente, así como las posibilidades de encontrar un auténtico amigo, de esos que tanto escasean.
Para ello es necesario aprender el difícil arte de escuchar, de opinar cuando sea necesario y de forma concienzuda, de no hacer juicios gratuitos e innecesarios, de no censurar a nadie por su apariencia y de dar una oportunidad a todo el mundo. Parece mucho pedir, sobretodo en un mundo donde las apariencias lo son todo, pero les puedo asegurar que la sabiduría les ayudará a todo ello.
Sólo hay una forma de conocer realmente a una persona: escuchándola y dándole al menos una oportunidad de demostrar su valía. Si no hacemos esto, podemos dejar pasar de largo a auténticas personas que nos podrían ayudar mucho en nuestra vida.
Relacionarse con los demás, no sólo es bueno, sino que además es necesario para lograr una existencia plena y satisfactoria. Tenemos que compartir nuestras vivencias, tanto las malas como las buenas; me van a permitir que les muestre de nuevo otro texto de Paulo Coelho que viene muy bien al respecto:
“Tenemos que compartir. Aunque sea informaciones que todos sabemos ya, es importante no dejarse llevar por el pensamiento egoísta de llegar solo al fin de la jornada. Quien hace esto descubre un paraíso vacío, sin ningún interés especial, y pronto se morirá de aburrimiento.
Habla. Dialoga. Participa. Nada hay más despreciable que el ´observador` acomodado y cobarde. Tu valor al expresar opiniones te ayudará a crecer en cualquier dificultad. Habla de las cosas buenas de tu vida a todo el que quiera oír. Habla de los momentos difíciles que puedes estar viviendo: da una oportunidad a los demás para que te den lo que necesitas, aunque sea tan sólo una palabra de apoyo.
La palabra es poder. Las palabras transforman el mundo y al hombre. Cuanta más energía positiva haya a tu alrededor, más energía positiva atraerás, y más se alegrarán los que bien te quieren. En cuanto a los envidiosos, a los derrotados, éstos sólo podrán hacerte daño si tú les das ese poder.”
Como decía antes, es necesario en la vida encontrar aliados, compañeros de tertulias, gente con la que compartir aficiones. Cuando nos abrimos de esta manera al mundo nos damos cuenta de la cantidad de gente que hay dispuesta a abrirnos sus puertas, a escucharnos; gente que tienen muchas cosas en común con nosotros y muchas otras que enseñarnos y que se interesan por nuestra vida y nuestros asuntos.Por supuesto que también hay muchas otras personas con las que no merece la pena ni compartir un segundo de nuestra vida. La sabiduría nos puede ayudar también a distinguir a este tipo de personas inmediatamente, antes de que éstas nos puedan hacer daño. Por desgracia, en el mundo hay demasiada gente egoísta, envidiosa, que sólo piensan en su propio interés. Pero como decía Paulo Coelho, estas personas sólo nos pueden hacer daño si se lo permitimos; para evitarlo sin entrar en conflictos innecesarios, lo mejor es alejarse de ellas cuanto antes. Conviene apartarse de todas aquellas personas que creen saberlo todo, que son incapaces de decir “no lo sé” cuando le preguntas lo que sea; de todas aquellas que jamás reconocen un error (ya que piensan que no se equivocan nunca); aléjate de los que acostumbran a criticar a los demás que no están delante, ya que harán lo mismo contigo cuando seas tú el que no esté. No te juntes con aquellos otros que sólo saben hablar de sí mismos, que no se preocupan nunca de los asuntos de los demás (aunque sea sólo por compromiso). Recuerda las palabras que le dijo el jesuita William de Baskerville a su discípulo en el libro El nombre de la rosa: “Huye de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia, y a veces en lugar de la de la propia.”
En esta sociedad en que nos ha tocado vivir, donde lo que prima son las apariencias y lo que los demás opinen de ti, sin importar si es cierto o no, es preferible juntarse con aquellos que no siguen la corriente, que no opinan como la mayoría, si lo prefieren, a los que se les suele llamar «bichos raros». No conviene dejarse llevar por la opinión de la mayoría, ya que éstos suelen juzgar a la gente atendiendo a prejuicios y temores y, sobretodo, a las propias limitaciones de cada uno debido a la gran competencia que existe. Únete a las personas que sonríen, que cantan, que bailan, que aprovechan la menor oportunidad que les da la vida para disfrutar, que saben arriesgarse. Huye de esas otras que están siempre tristes, que creen que todo el mundo está en contra de ellos, que sólo buscan el respeto de los demás sin arriesgar nunca nada por ello, que sólo ven el lado negativo de las cosas; en definitiva, que no tienen ni idea de lo que es la vida, ni desean tenerla.
Y un último consejo; cuando encuentres a alguna de esas personas que siempre están dispuestas a hacer lo que sea por los demás, que nunca ponen mala cara cuando se les pide algo, cuídala, trátala bien, no caigas en el error que solemos caer la mayoría en estos casos abusando de la buena voluntad de estas personas. Con esto lo único que se consigue es terminar quemándola y provocar que, tarde o temprano, se aleje de ti; al principio lo hará con cautela, dándote largas y poniéndote excusas cuando le pidas algo y, con el tiempo, llegará un momento en que sabrás que ya no podrás contar con esa persona para nada más. En cambio, si no abusas de ella, si le agradeces y le correspondes cada favor que te haga debidamente, si sólo le pides los favores que realmente te son necesarios, siempre sabrás que tienes a alguien cerca con quien puedes contar cuando lo necesites, y eso es algo muy importante en la vida y que no todo el mundo puede poseer. Como dijo William Shakespeare en una ocasión: “Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero”.
Y, en cualquier circunstancia, no olvides nunca la regla de oro del confucianismo: No hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti mismo.
24 Consejos, saludos, propuestas...:
Un tema complicado, porque mucha inteligencia que pongamos en nuestra relaciones con los demas, siempre nos vence el instinto, que precisamente no es nada sabio, al contrario se deja llevar por los prejuicios de manera inevitable. En fin, solo la prueba y el error dan la autentica sabiduria.
Sin lugar a dudas la magnífica frase con la que cierras tu post nos deja la clave para intentar vivir en armonía con los demás y con nosotros mismos.
Un saludo!!!!!!!!
Pedro… este último tiempo me pasaron cosas… cosas serias.
Tu escrito me hizo emocionar… sin querer estabas contando,
algo que me sucedió … hace muy poco.
Mi formación… me llevo a la docencia… amo enseñar… pero
mas amo transmitir lo aprendido … siempre insisto a que me
pregunten … que si no se; buscare a alguien que maneje
dicho conocimiento. … (por eso mi participación en los blog …
aprendo a diario de todos uds. … me nutro de cada escrito de
cada pintura … pero sobre todo de la calidad de gente. )…
Es muy cierto… que en una reunión hay que ser el primero
en llegar y el ultimo en irse … esto suena gracioso; pero es terribles.También las preguntas de nuestros ex compañeros… profesión… ¿?? cuantos maridos … ¿?? … de ultima… te preguntan como te fue la
vida y si tienes hijos … En realidad … no se si soy; buena o mala … solo se … que soy así … me brindo a quien me necesita … y termino de bruce contra la pared … todo lo que hice … todo lo que tengo … me costo … no costo dinero … fueron muchas lagrimas … rencillas … corridas, … tiempo … sabes lo que pienso … que los que pensamos diferentes … estamos continuamente … rindiendo examen …
No te perdonan… porque no te pareces a ellos… hay un dicho muy
trillado… "Sancho los perros ladran… señal que cabalgamos" … Te
Dejo un Beso… Silvi.
Pd. Entra a mi blog de Taj Mahal… lee lo que subí anoche… trasmisión
de pensamiento … Besos
Pedro, amigo hermano, desde mi orilla te dejo un apretón por estas cosas que ya había leido de vos y si no me equivoco fue el principio de que empezáramos a frecuentarnos. Y seguro aquella vez dije lo que ratifico en cuanto a tus dichos que son el ABC de la humanidad, reglas que todavía vagan sopladas "sabemos por qué" hacia esas fronteras donde se suele abandonar la dignidad y el honor. Mi afecto para tí.
Yo te engancho a mi vida con un gancho de oro si hace falta para no perder tu amistad.
Es muy bueo tu post y como siempre volveré a leerte, no me conformo nunca con una sola lectura de lo tuyo
Un enorme abrazo como el que me dejaste ayer a mí, amigo mío
MJ
Pablo Cohelo es de mis favoritos, te admiro, siempre note esa calidad humana tan especial que hay en ti, sigue con libros de sabiduría y enseñanos el camino
un abrazo fuerte
siempre, siempre es un placer leerte
Hola Pedro !
Tu blog es muy interesante y he leído varios textos.
Acá en Brasil, Paulo Coelho es muy criticado y no tiene ninguna credibilidad porque ha hecho cosas que colocan grandes antagonismos frente a sus escritos.
Saludos.
Sill
Hola Pedro
creo que el post de hoy,mío, te va gustar, toca algo de los dos ultimos post tuyos
me identifico con eso que de las perdidas se gana sabiduría y que el Ser no es Ser sin no es Libre y sin embargo cada día somos más esclavos.
Sabias palabras y un post excelente que nos aporta. Gracias Pedro y un abrazote!
Muchas gracias por tus palabras Pedro
Espero que yo y mis historias no te aburren.
un abrazo
Mi padre no habia oido hablar nunca de Confucio, pero desde pequeña me dió a entender esa regla de oro. Un beso
Nada, este espacio tuyo me pareció interesante porque invita a la filosofía, asignatura que aprobé con sobresaliente y a cuya carrera , quizá, tuve que haberme dedicado.
Pero como bien dices, tendemos a juzgar a la gente por el grado de triunfos prácticos y el juicio que yo hago de mí misma suele ser de todo m enos indulgente.
El camino de la sabiduría suele ser largo e ingrato.
Saludos.
Hola Pedro:
Cuando te visito, encuentro calidad en tu blog. Hablas de temas que nos conciernen a todos. Coelho es uno de mis autores preferidos y ciertamente, sus enseñanzas son acertadas y son un buen motivador para el cambio y llegar a ser "guerreros de la luz"
Enhorabuena y un abrazo,
Shanty
Muchas veces el instinto nos indica el camino que debemos de seguir.
Saludos.
Pedro:
Siempre que entro en tu blog,es un rato agradable de lectura el que paso.
Una vez más,felicidades por tus escritos.
Un abrazo,
Desde Barcelona, Antonio
me parece perfecto
es que dedicar a mi la libertad segnifica que estoy curada
gracias
también te añado a lo blog que sigo,si lo haces a mi me saldra tu pagian
Pedro está tan bonito como lo has escrito!!!...hace pocos años que comprendí que alejarme de los que me hacen mal, nos beneficia.
Al otro para no tener que soportar mi cara de... y a mi para no sentirme mal...igualmente les pasará a los demás con mi persona.
Muchos creen que es andar por la vida peléandose...no es simplemente dejar de mantener una relación que no se sostiene en nada.
Prejuzgamos a menudo, bien dices aprender a escuchar...sabes que me encanta todo lo que nos escribes...besitos y abrazos inundan la casa!!!
Esa sabiduría interna de la que hablas es la que tenemos que hacer caso para rodearnos de la gente con la que congeniamos: aquellos que nos aportan y a los que aportamos.
Pero al mismo tiempo hay que ser consciente de que nada es eterno y las relaciones evolucionan. Unas vienen otras desaparecen, otras permanecen más tiempo. Disfrutémoslas, pero seamos respetuosos y no las agotemos.
Un besillo.
desde luego es la mejor regla que existe, y la mas justa....
La amistad es el mejor regalo de estos tiempos, y algo superimportante para mi, hay que cuidarla, pero siempre en base a unos criterios, sinceridad,empatia,amor,.....
Gracias a este mundo, yo puedo dar gracias de aumentar mi numero de amigos,....
un beso muy grande pedro.
La nuestra es una sociedad de apariencias, de gente estúpida, gilipollas y corrupción. Nos ha tocado y no tenemos más remedio que comérnosla con patatas fritas. Hay que encontrarle el gustillo, como esto de la blogocosa...
Un saludo.
PRECIOSO POST!!!
GRACIAS POR COMPARTIRLO.
BESOS PARA TI.
MAR
Es feo cuando nos ponen "etiquetas" y lo peor es que no hay cómo combatirlo.
Un abrazo.
Lo dicho, Pedro, cada vez me gustan más tus textos.
Primero la identidad. A mí me molestaba que me preguntaran qué era, en lugar de hacer una pregunta más acorde a lo que buscaban y que es: ¿en qué trabajas? Porque espero que todos seamos algo más que nuestra profesión.
Luego el tema de las relaciones, de la importancia de establecerlas sin censuras previas.
Y por último el agradecimiento a esas relaciones.
¡Fantástico, Pedro!
Un gran abrazo
Hola Pedro, afirmo mucho todo lo que has dicho, pero realmente leerlo no sirve de mucho pues las personas se hacen sabias con el tiempo por sus actos y experiencias que le da la vida, pues todos cometemos errores, y debemos procurar aprender de ellos y seguir adelante. Las personas que mas debemos conservar son nuestros amigos auténticos que siempre están aunque no lo pidas, porque velan por ti tanto como tu velas por ellos. Aunque yo he de admitir una cosa, mi autoestima es muy baja, y busco la sabiduría de alguien para poder escucharle y animarme un poco porque en el fondo pienso que ahora mismo lo que necesito es una mente madura que me ayude a encontrar la verdad que la propia mentira oculta siempre.
Me ha gustado todo lo que has dicho. ;)
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