Capítulo Uno

lunes, 23 de marzo de 2009



Aún recuerdo, con una nitidez aterradora, mi primer combate real, la batalla que puso fin a la ingenuidad de mi infancia e inició el rápido proceso de conversión hacia la brutal e irracional alimaña asesina en la que llegó a transformarme el tiempo, batalla tras batalla, golpe tras golpe. En aquella ocasión fueron los bárbaros del norte los elegidos para medir las fuerzas de nuestro poderoso ejército. Pero quienes fueran es lo de menos, lo realmente importante era que por fin había llegado el momento de poner a prueba el largo y penoso entrenamiento al que había sido sometido prácticamente desde el mismo día de mi nacimiento.
Con la edad en la que la gran mayoría de las criaturas aún temen a su propia sombra, intentaron convencerme, y lo consiguieron, de que había sido tocado por el sagrado dedo de los dioses, los cuales habían decidido para mí, así como para tantos otros, un glorioso destino como guerrero. Con lo que pasé a engrosar prontamente el privilegiado y envidiado grupo de los infantes destinados al campo de adiestramiento militar del Estado. Por entonces, mis ojos tan sólo habían visto pasar cuatro entrañables primaveras.
Ahora ya sé que, más que del impenetrable designio de los dioses, mi destino fue producto de la meritoria labor de mi padre durante largos años como sumiso miembro del ejército regular a las órdenes de nuestro excelentísimo y todopoderoso rey Melquiser, como casi todos los hombres nacidos bajo el estandarte del Reino. Las misteriosas deidades tenían problemas más importantes y urgentes en los que ocupar su infinito tiempo que el devenir de una pobre criatura nacida en la más humilde y oscura tienda levantada en el más lejano y olvidado páramo de la menor de las regiones que componían nuestro basto Imperio.
Había sido entrenado para soportar los más terribles dolores, para aniquilar sin compasión a todo enemigo que se cruzase en mi camino, me habían adiestrado en el arte de la guerra y en el manejo de las diversas armas con las que contaba nuestro magnífico regimiento, como la espada corta, el machete, la jabalina o la doble maza; también me habían mostrado la manera de alejar el miedo de mi espíritu, de modo que no presentase el menor temor a la hora de lanzarme sin reservas contra el más valeroso de los contendientes. Había sido hábilmente instruido para la defensa y el engrandecimiento de la notable patria que me alimentaba y me daba cobijo, e incluso había sido educado para arrojarme a los brazos de la insondable muerte en nombre de nuestro amado rey en caso de que así fuese dispuesto por los arcanos deseos de los dioses. Tanto mi cuerpo como mi mente se encontraban plenamente preparados para enfrentarse al más temible de los ejércitos enemigos que se terciasen.
Al menos en teoría.
La práctica fue bien diferente a cuanto podíamos haber imaginado todos los que, al igual que yo, nos disponíamos a acometer nuestra entrada por la puerta de servicio en la áspera realidad de la vida.
También nos habían hablado extensamente del honor del guerrero; los soldados más valientes y veteranos, nuestros héroes por aquel entonces, nos hablaban con admiración y devoción sobre el recóndito arte de la guerra, sobre el sagrado privilegio de afrontar el paso al Más Allá luchando por nuestro venerado y divino rey; nos repetían hasta la saciedad que no existía mayor honra para un hombre que su nombre fuese recordado hasta el infinito gracias a su valor en el campo de batalla y que los poetas compusiesen odas y cantos sobre sus victorias que embelesasen el fino oído de las damas que frecuentaban los templos y palacios reales. Nos habían hecho creer que éramos invencibles guerreros luchando por la más justa y digna de todas las causas, en vez de pobres y desdichados soldados arriesgando sus míseras vidas por intereses insospechados para cualquiera de nosotros.
Con esa sarta de sandeces en la cabeza, corríamos todos al encuentro del enemigo con la única consigna de matar o de morir, para toparnos en cuestión de segundos con la más cruel y veraz de todas las realidades inimaginables. Los más jóvenes contábamos con diez años a nuestras espaldas y la ilusión, aún virgen, de quienes creen pertenecer a algo realmente grande e importante.




43 Consejos, saludos, propuestas...:

genialsiempre dijo...

Bueno, para ser el primer capítulo está bien. Esperaré para emitir un juicio.

José María

Gizela dijo...

Estoy aquí Pedro.
¿Qué decirte?
Pocas palabras,a buen entendedor.
Estoy segura que no dejaré de leer ninguno.
Un abrazo inmenso
Gizz

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Realmente precioso y muy bien elaborado, amigo Pedro.,

Esto promete...!!!

Un abrazo.

estoy_viva dijo...

Como engancha lo que escribes, espero la segunda parte con bastantes ganas.
Con cariño
Mari

Silvi (reikijai) dijo...

Pedro, me quedo con;"nos disponíamos a acometer nuestra entrada por la puerta de servicio en la áspera realidad de la vida".
Espero el proximo.Besitos.Silvi.

Anónimo dijo...

Muy interesante, y a la espera nos quedamos de mas...
Saludos.

tia elsa dijo...

Hermoso tu relato, que triste lo que cuenta, y asi sigue hasta el día de hoy, los Estados nos hacen creer lo que ellos quieren para como bien dices insospechados intereses. Besos y con placer te sigo leyendo, tía Elsa.

Cecy dijo...

Me gusto el relato.
Te seguire, leyendo.

Besos.

Susana Peiró dijo...

Muy bueno Amigo!

Y muy bien llevado el hilo del relato!

Te sigo!

Un Abrazo!

Isabel dijo...

Cruel, porque se educa a un niño para matar o morir, pero desde la primera linea me ha enganchado, por lo que creo que seguiré todos los capítulos. Un beso

Noelplebeyo dijo...

La lucha como forma de vida...arranque tremendo

El peregrino dijo...

Cómo me gusta ese espacio y ese tiempo mágico, casi cinematográfico, al que nos transportas. Mis congratulaciones. Te sigo.

Arabela y yo dijo...

un comienzo duro como la vida misma..aunque me recuerda a aquella historia de los niños espartanos,o de viejas rencarnaciones,es una historia de recuerdos interesantes
un abrazo

Runas dijo...

Al leer tu capitulo me he transportado a la epoca de los barbaros , no se como seguirá pero me has enganchado a la historia de este guerrero. Un beso

Caselo dijo...

Mi querido amigo, compañero, hermano y cómplice. Me parece muy interesante el planteamiento de tu obra. A decir verdad y pese a que de una u orea manera prtendes reflejar un época, también es cierto que puede perfectamente desarrollarse en la actualidad. Tenemos pues a un guerrero que relata sus inicios en el arte de las armas, de la lucha cuerpo a cuerpo, del adoctrinamiento ideológico. Y yo te digo:¿será que en el presente no se prepara a las máquinas humanas para la guerra de la misma forma?. Sigo tus entregas con emoción y agradecimiento.

Un fuerte abrazo

Carlos Eduardo

Anónimo dijo...

Palabras precisas para recrear la época, con detalles preciosistas que hacen de la narración una exceñente lectura.

Gran inicio Pedro, mi felicitación por un muy logrado trabajo.

(z) Victoria dijo...

Hola Pedro! Muy interesante este comienzo, me imagino una época como la del Señor de los Anillos ... a ver qué sigue ...
Un abrazo!

Unknown dijo...

hola mi Pedro, espero que se encuentren muy bien los 2!!!
Desgraciadamente a muchos niños les enseñan a empuñar armas, cuando deberían jugar y jugar!!!
Estoy por hacer una entrada (que no será ohhh mira que nos cuenta), todos los jóvenes que han llevado adelante las masacres, tienen algo en común: los padres los habían adiestrado con ellas...es que el sentido común parece tender a desaparecer.
Me ha encantado la primera entrega, como todo lo que nos cuentas...espero lo siguiente!!!

Emma Núñez dijo...

Buen comienzo, Pedro, muy bueno.
Este niño-guerrero aún tiene mucho que contarnos ;)

Marina dijo...

Ficción o realidad? Me inclinaría por ficción histórica ya que el relato bien podría ser posible; hermosa la forma tuya de contarlo.
Abrazo.

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Que belleza de plantilla, mañana entro a leerte y a comentarte.
Saludos

Jesús dijo...

Veo que has iniciado un nuevo blog, aunque parece un relato ya escrito.
Yo no puedo seguir un libro en este formato, por problemas de vista y de memoria, pero en fin te deseo buen éxito, y a ver si me hago con uno de esos e-books, que dicen que van a ser tan buenos, aunque para mi, nada como el papel.

Natacha dijo...

Pedro, engancha.. ya lo sabía yo, jeje.
Veremos cómo sigue la acción con este pequeño pelele, víctima de su propia inocencia.
Un beso, corazón
Natacha.

María dijo...

Cómo te quedó el blog de bien.

Me quedo entre tus palabras, leyendo el primer capítulo.

Un beso, Pedro.

Marinel dijo...

El cominezo es bastante duro. Un niño sin infancia,que nace practicamente para ser carne de batalla...
Triste,pero hay que seguir leyendo para ver como se desenvuelve su vida.
Me encanta el blog con aires de pergamino.
Besos.

mj dijo...

En el último párrafo dices algo muy de antes y de ahora...con diez años a las espaldas toda ilusión es virgen y el mundo, todo entero nuestro...mucha vida y pocos conceptos, una hermosura...
te sigo!!!!
un beso amigo
mj

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Increíble este bello relato me hace acordarme de la película nacido un 4 de Julio, donde el soldado con una discapacidad, al no poder ya caminar, se ve postrado en una cama, desvalido, indefenso, en un hospital rebajado a lo más bajo, ya que ni limpiarse el trasero podía y se da cuenta que todo ese nacionalismo, en su estado patético y deplorable, al final de nada le sirve.

No valió la pena perder cosas tan valiosas entre ellas la vida misma.
Saludos

Alijodos dijo...

me ha gustado pero estoy con rosa en que es cruel el destino del protagonista...seguiremos a la espectativa...un saludo y felicidades...

La Gata Coqueta dijo...

Como todo lo que publicas engancha y como...

Es un comienzo muy cruel pero muy bien llevado, casí creo donde esta situado, pero voy esperar porque puede dar muchas vueltas y es mejor no se adelantar a las circunstancias dejando ver opiniones o ideas inadecuadas o adecuadas...

El blog tiene mucha elegancia debido al estilo como lo has presentado.

Un abrazo y disfrutar de lo que queda de semana.
Hasta la próxima.

Soy la que soy dijo...

Pedro, me ha gustado tu relato, pero sobre todo ese final que conlcuye con "y la ilusión, aún virgen, de quienes creen pertenecer a algo realmente grande e importante".

Esa es la sensación que se tiene cuando dentro del caos uno "comprende" que todo está dentro de un orden.

Mi enhorabuena y a seguir¡¡¡

Relatos on the rock dijo...

Hermoso blog y crudo relato, así está el mundo, bien lo sabes. Tu estilo épico viene de lejos para instalarse en lo peor de nuestro presente. Mucha energía, amigo, la valentía está en escribir tales verdades.

Un abrazo

Salvia dijo...

Amigo te he encontrado desde “la cuerda del equilibrista” y ahora mismo te pongo una silla en mi nueva casa.
Confieso que no leí tu texto, primero quise saludarte.
Un fuerte abrazo
(((muxica)))

Unknown dijo...

bueno yo espero y confío.

Ya sé (porque te he leido en otras partes, jijiji) que eres diestro en estos menesteres. Asi que confío en que haras bien los deberes.

!!! Adelante !!!

un abrazo
juank

Unknown dijo...

HOLA PEDRO TEDESEO LO MEJOR, TU BLOG ESTAMUY DIVERTIDO, BUENO SALUDOS Y QUE DIOS TE BENDIGA AMIGO.

Hada Saltarina dijo...

Fíjate, Pedro, que con este texto me has hecho pensar algo a lo que de vez en cuando doy vueltas. ¿Qué derecho tenemos a decidir el destino de un niño? Existen múltiples profesiones, como deportistas, bailarines, etc., para las que parece necesario dedicarse desde la infancia; es decir, los adultos deciden lo que el niño será. Ay, no sé, pero ahí sí que encuentro yo muchas paradojas. Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

EXCELENTE!

EXCELENTISIMO!!!!

SIEMPRE ME SORPRENDES CON TU EXCELSA PLUMA.
ERES UN TESORO LITERARIO VIVIENTE.
POR ELLO HE DECIDIDO CUIDAR ESTE TU TALENTO PIDIENDO A LOS CUSTODIOS DE LAS LETRAS QUE TE ACOMPAÑEN SIEMPRE!

AGRADECIDA POR TUS BELLOS DECIRES EN MIS BLOGS DEJO MI CARIÑO Y MI PAZ.
MARYCARMEN
WWW.PANCONSUSURROS.BLOGSPOT.COM

julio dijo...

¡Oye!, pues me has enganchado..., esto dicho por un pésimo lector :)

Esperaremos el próximo capñitulo

Un abrazo

Manjot kaur dijo...

Cómo estás Pedro? ha pasado un largo tiempo sin visitarnos...pasaba para dejarte un gran saludo y abrazo!!!

bendiciones

Marta dijo...

Como siempre, un placer leerte.
Aquí estaré siguiéndote.
Un abrazo.

AHEO dijo...

¡Qué manera la tuya de relatar! He imaginado y sentido lo que cuentas. Si el comienzo es magnífico entonces ¿qué será el resto? :D
Un abrazo.
Haydeé

victor Rocco dijo...

Hola, que tengas un muy buen comienzo de semana, te lo desea tu gran amigo que te quiere mucho, feliz semana

lys dijo...

Un buen comienzo, ya no puedes parar, tenemos que conocer más cosas sobre ese niño guerrero.

Un beso

josé lopez romero dijo...

Esto me hizo recordar al libro de un escritor argentino contemporáneo a la guerra del Paraguay donde Argentina y Brasil eran aliados contra aquel pequeño país, el contaba que en las batallas cuerpo a cuerpo las tripas de los animales y los hombres se confundían con el barro, de solo pensarlo te pone los pelos de punta, quien sabe que estado de ánimo reviste a una persona en esos momentos no?. Mi afecto.

Se acordaron de mí: