martes, 12 de febrero de 2008
Se acabó, ya está bien, basta ya de sandeces y medias palabras, no puedo más, tengo que decirlo o reviento: ¡Esta vida es una puta mierda! Vale ya con eso de que la felicidad está en nuestro interior o con aquello de que debemos encontrar nuestro propio camino; ¡estupideces! Despierten de una puñetera vez y miren a su alrededor (pero pónganse de puntillas por lo menos, si quieren ver algo, joder, hagan un esfuerzo), y no me vengan con eso de que tampoco está tan mal, que hay que tomarse las cosas con paciencia y serenidad, que el tiempo lo cura todo y a todos pone en su sitio, y demás gilipolleces por el estilo; dejen de mirarse el ombligo propio, no estoy hablando de hipotecas, violencia escolar, partidos políticos, crisis económicas ni calentamientos globales, no, estoy hablando de la Vida con mayúsculas, esa vida que a todos nos envuelve, nos limita y nos condena, queramos o no, nos guste o no.
Todos sabemos que de nada sirve decirle a una persona nerviosa que se tranquilice, o aconsejarle a un cobarde que sea valiente, ni a un tímido que se muestre arrojado; perdemos el tiempo cuando intentamos concienciar a un egoísta para que sea solidario, o cuando exhortamos a un violento a la paz; es inútil prevenir a los jóvenes de los riesgos, absurdo enojarse con un enfermo por no haberse cuidado mejor, un disparate intentar que unos padres maleducados eduquen o una ingenuidad esperar algo del que nada tiene, o quiere ofrecer. Dale un libro a un ignorante consentido y lo echará al fuego para calentarse, una cruz a un ateo y te la clavará en la espalda, una paloma blanca a un militar y con ella hará un puchero; ofrécele un buen consejo a un necio y no parará hasta verte humillado, rebájate ante un engreído y terminará de hundirte, sé paciente con un insensato y te hará perder el valioso tiempo.
Abramos los ojos de una vez, la Vida es lo que es, podemos maquillarla de mil colores, decorarla como mejor nos parezca, endulzarla con bellos poemas y alegres canciones, tergiversarla por medio del flexible lenguaje, pero nada de eso aliviará el sufrimiento del que sufre, la agonía del moribundo ni la ansiedad del depresivo. Aunque eso sí, servirá para llenar nuestro siempre hambriento ego de insulsas palabras, como esperanza, ilusión, seguridad, amor, felicidad...
Mientras, miles de personas continuarán naciendo cada día con la esperanza de vida de unas cuantas horas, o de unos pocos años de angustioso dolor, por el mero hecho de haber nacido en el lugar equivocado (auque hay tantos lugares equivocados...). Cientos de mujeres y niñas seguirán siendo perseguidas, maltratadas, violadas y asesinadas, debido a que en muchos sitios sale barato hacerlo y en otros a nadie le importa. A otras, en países no muy remotos, las obligarán a comer de un caldero hirviente donde previamente se han echado fetos humanos extirpados de sus madres cuando aún vivían, algunas de ellas parientes cercanos, además de excrementos, piedras, tierra y manos y pies sangrantes cortados de otros menos afortunados (o más. No exagero, este cruel episodio lo oí horrorizado por la caja tonta no hace mucho contado con una entereza que asusta por una joven de raza negra, qué raro, que lo había sufrido en sus carnes. Y no fue algo casual, por lo visto es una práctica habitual entre algunos grupos guerrilleros del continente vecino). Los mismos de siempre aumentarán sus considerables fortunas vendiendo al postor más rentable armas, drogas, medicamentos, personas, petróleo, joyas o basura, la mercancía es lo de menos mientras alguien pague por ella, y, por supuesto, siempre que haya alguien dispuesto a pagar por algo, habrá otro dispuesto a venderlo. Los gobiernos seguirán aumentando sus presupuestos para futuras congestionadas cárceles, aunque esto no se notifique por los medios de comunicación, nada que ver con la bomba y la fiesta que se le da a la colocación de una primera piedra de un hospital o un colegio, aunque a veces se convierta también en la última, pero claro, a nadie le gusta tener una cárcel cerca como para andar anunciándolo encima, bueno... a los familiares de los terroristas sí que les gusta, siempre hay excepciones. Los ejércitos continuarán malgastando los necesarios recursos que con tanto esfuerzo y sacrificio la población extrae de las entrañas de la cada vez más mermada tierra. Los estados más influyentes nunca se cansarán de negociar la paz por la puerta principal mientras por la de atrás venden las armas para la guerra (o incluso no tan atrás, ya ni las apariencias importan). Miles de niños seguirán siendo explotados salvajemente para que aquí, en el primer mundo, podamos seguir disfrutando de nuestros imprescindibles placeres terrenales y estrenando con orgullo ropa nueva cada mes.
Y usted y yo proseguiremos jugando al videojuego de la vida, atontados ante el espectáculo que los poderosos montan en sus altares y escenarios, preocupados por una ridícula hipoteca o un trabajo aburrido, “Es que este trabajo no me llena...” ¡Desgraciado! pues cómete dieciocho hamburguesas a ver si eso te llena y revientas.
Para colmo hemos tenido la mala pata de vivir en un período de tiempo evolutivo intermedio..., bueno, pensándolo bien todos lo son, pero este es aún más puñetero si cabe, ya que nos vemos encerrados de por vida en un cuerpo preparado para correr, saltar, escalar, nadar, perseguir bestias, lanzar piedras, etc, cuando ni tú, permíteme que te tutee, total ya nos conocemos, para cuatro lectores que me soportan..., como decía, cuando ni tú ni yo necesitamos hacer nada de eso, ni otros tantos miles de personas como nosotros, cuya única necesidad es andar un poco entre medio de transporte y medio de transporte y unas buenas posaderas que los soporten mientras se apoltronan frente al televisor, el PC o en algunas de las muchas aulas y oficinas donde se ubican la inmensa mayoría del personal a partir de los tres años de edad en los países desarrollados (que son los que importan). Pero no, teníamos que nacer en esta época, viéndonos obligados a hacer ejercicio constantemente, dietas, regímenes, visitas a médicos de todo tipo,... si no esperen a sobrepasar los cuarenta. Ya lo dijo alguien muy listo, el ser humano está concebido para vivir hasta los cuarenta años, hasta ahí es fácil hacerlo, por muchas perrerías que se le hagan al cuerpo, pero, a partir de los cuarenta, la salud hay que currársela, señores, no se duerman, o pasarán a engrosar la cada vez más abultada lista de pacientes eternos hasta convertirse en muertos vivientes cuya única preocupación será qué especialista me toca ahora ver o quién me llevará al hospital la próxima vez.
Pero no se acongojen, ni ustedes ni yo tenemos la culpa de todo esto, es la Vida, que es así, y bien poco podemos hacer por remediarlo. No pretendo crear sentimientos de culpabilidad ni despertar conciencias aletargadas, a estas alturas, bastante tenemos ya con la lata que nos dan los políticos de turno con sus inacabables ansias de protagonismo y su inalterable afán de manipulación. Yo, desde luego, ya me he cansado de coger el atestado y maloliente autobús en vez de mi contaminante coche, o de lavarme las manos con un hilillo de agua que apenas me las moja; estoy harto de andar continuamente preocupado por el futuro, por los jóvenes, por la educación, por las playas, por los ancianos, por la capa de ozono, por los mares y océanos, por la economía, por la seguridad laboral, por los emigrantes, por la vivienda, por los bosques, por los pantanos, por las especies en extinción y por todo aquello que quieran hacernos creer que corre serio peligro de desaparición o destrucción y que además es de vital importancia para la supervivencia del ser humano. Táchenme de inhumano o de pasota si quieren, pero debo confesar que me importa un bledo que las mujeres aborten (favor que le hacen al ya abarrotado planeta), que los homosexuales contraigan matrimonio (o como quieran llamarlo), que los amargados o los moribundos decidan acabar de una vez con su sufrimiento, que los nacionalistas construyan fronteras o que los políticos sean promiscuos. Estoy cansado de que otros pretendan decidir por mí qué debo comer, cómo debo vestir, a quiénes debo votar, cuándo debo adornar mi casa o sembrar un árbol, cuántas copas de vino tengo que tomarme o cuánto y cómo debo caminar, qué piezas de fruta debo comerme, qué programas de televisión deben gustarme, o cuales no, en qué o quiénes debo creer, cuándo y cómo debo celebrar algo, dónde debo ir de viaje, cuántas veces debo de hacer el amor, qué aparatos electrónicos me son indispensables para vivir... y para colmo debo oír que lo hacen porque se preocupan por mí, cuando la realidad es que nadie se preocupa por mí, sólo yo, cuando me dejan. No puedo dejar de recordar el célebre episodio de Diógenes el cínico y el gran Alejandro Magno, cuando éste le preguntó que qué podía hacer por él y el filósofo griego le contestó que podía apartarse para no quitarle la luz del sol; sublime. Pues lo mismo grito yo a los cuatro vientos: ¡Déjenme vivir en paz! No soporto ni un minuto más las infantiles riñas de patio de colegio de nuestros políticos en busca de una poco disimulada intención de manipularlo todo, con el único propósito de justificar sus inamovibles cargos. No quiero que me digan lo que es blanco o lo que es negro, quiero que me dejen mirarlo a mí para poder decidir por mi cuenta. Creo que tampoco pido tanto.
Espero que sepan disculpar este arrebato de sinceridad y no sean muy duros conmigo, pero es que necesitaba desahogarme de alguna manera y les ha tocado a ustedes aguantar el chaparrón. Si he desilusionado a alguien, espero que recuerde que sólo soy un ser cambiante, como todo en el Universo, y que ahora no soy el mismo que fui ayer, ni mañana seré el que soy hoy; tengan esperanza, quizá mañana pueda volver a entusiasmarles (si es que alguna vez lo hice). Les aconsejo que no me hagan mucho caso, o si acaso, échenle otro vistazo al consejo que aparece sobre estas líneas, bajo la etiqueta de “El más sabio de los consejos”; es lo único que me atrevo a decirles y, después, hagan lo que reverendamente les venga en gana. Si quieren leer sinceros sentimientos bien expresados visiten la mente de Navi o el lunático país de Natacha, o si prefieren deleitarse con maravillosos poemas les recomiendo que suban a la colina de mi amigo Doncel, o que golpeen en la pared de la siempre inspiradísima Maya, por mencionar algunos, o si lo que les gustan son las verdades como puños bien reflexionadas y consensuadas pasen por casa del ingenioso mpiryco, o viajen con Mariola y José Luis si les apetece escuchar buenos consejos (pero para después seguirlos, o intentarlo por lo menos), porque lo que es yo, de momento no puedo ofrecerles otra cosa, lo siento; aunque, si les sirve de consuelo, nunca dejaré de pensar que la Vida siempre merecerá la pena ser vivida con intensidad, ya que es un regalo que alguien nos hizo un día desinteresadamente, sin pedir ni esperar nada a cambio, y sólo por eso, en agradecimiento, nuestro deber es vivirla con ilusión, esperanza, buenos sentimientos y mucho corazón. Espero que nadie me malinterprete, aunque si lo hacen, allá ustedes.
Que tengan un buen día.
Todos sabemos que de nada sirve decirle a una persona nerviosa que se tranquilice, o aconsejarle a un cobarde que sea valiente, ni a un tímido que se muestre arrojado; perdemos el tiempo cuando intentamos concienciar a un egoísta para que sea solidario, o cuando exhortamos a un violento a la paz; es inútil prevenir a los jóvenes de los riesgos, absurdo enojarse con un enfermo por no haberse cuidado mejor, un disparate intentar que unos padres maleducados eduquen o una ingenuidad esperar algo del que nada tiene, o quiere ofrecer. Dale un libro a un ignorante consentido y lo echará al fuego para calentarse, una cruz a un ateo y te la clavará en la espalda, una paloma blanca a un militar y con ella hará un puchero; ofrécele un buen consejo a un necio y no parará hasta verte humillado, rebájate ante un engreído y terminará de hundirte, sé paciente con un insensato y te hará perder el valioso tiempo.
Abramos los ojos de una vez, la Vida es lo que es, podemos maquillarla de mil colores, decorarla como mejor nos parezca, endulzarla con bellos poemas y alegres canciones, tergiversarla por medio del flexible lenguaje, pero nada de eso aliviará el sufrimiento del que sufre, la agonía del moribundo ni la ansiedad del depresivo. Aunque eso sí, servirá para llenar nuestro siempre hambriento ego de insulsas palabras, como esperanza, ilusión, seguridad, amor, felicidad...
Mientras, miles de personas continuarán naciendo cada día con la esperanza de vida de unas cuantas horas, o de unos pocos años de angustioso dolor, por el mero hecho de haber nacido en el lugar equivocado (auque hay tantos lugares equivocados...). Cientos de mujeres y niñas seguirán siendo perseguidas, maltratadas, violadas y asesinadas, debido a que en muchos sitios sale barato hacerlo y en otros a nadie le importa. A otras, en países no muy remotos, las obligarán a comer de un caldero hirviente donde previamente se han echado fetos humanos extirpados de sus madres cuando aún vivían, algunas de ellas parientes cercanos, además de excrementos, piedras, tierra y manos y pies sangrantes cortados de otros menos afortunados (o más. No exagero, este cruel episodio lo oí horrorizado por la caja tonta no hace mucho contado con una entereza que asusta por una joven de raza negra, qué raro, que lo había sufrido en sus carnes. Y no fue algo casual, por lo visto es una práctica habitual entre algunos grupos guerrilleros del continente vecino). Los mismos de siempre aumentarán sus considerables fortunas vendiendo al postor más rentable armas, drogas, medicamentos, personas, petróleo, joyas o basura, la mercancía es lo de menos mientras alguien pague por ella, y, por supuesto, siempre que haya alguien dispuesto a pagar por algo, habrá otro dispuesto a venderlo. Los gobiernos seguirán aumentando sus presupuestos para futuras congestionadas cárceles, aunque esto no se notifique por los medios de comunicación, nada que ver con la bomba y la fiesta que se le da a la colocación de una primera piedra de un hospital o un colegio, aunque a veces se convierta también en la última, pero claro, a nadie le gusta tener una cárcel cerca como para andar anunciándolo encima, bueno... a los familiares de los terroristas sí que les gusta, siempre hay excepciones. Los ejércitos continuarán malgastando los necesarios recursos que con tanto esfuerzo y sacrificio la población extrae de las entrañas de la cada vez más mermada tierra. Los estados más influyentes nunca se cansarán de negociar la paz por la puerta principal mientras por la de atrás venden las armas para la guerra (o incluso no tan atrás, ya ni las apariencias importan). Miles de niños seguirán siendo explotados salvajemente para que aquí, en el primer mundo, podamos seguir disfrutando de nuestros imprescindibles placeres terrenales y estrenando con orgullo ropa nueva cada mes.
Y usted y yo proseguiremos jugando al videojuego de la vida, atontados ante el espectáculo que los poderosos montan en sus altares y escenarios, preocupados por una ridícula hipoteca o un trabajo aburrido, “Es que este trabajo no me llena...” ¡Desgraciado! pues cómete dieciocho hamburguesas a ver si eso te llena y revientas.
Para colmo hemos tenido la mala pata de vivir en un período de tiempo evolutivo intermedio..., bueno, pensándolo bien todos lo son, pero este es aún más puñetero si cabe, ya que nos vemos encerrados de por vida en un cuerpo preparado para correr, saltar, escalar, nadar, perseguir bestias, lanzar piedras, etc, cuando ni tú, permíteme que te tutee, total ya nos conocemos, para cuatro lectores que me soportan..., como decía, cuando ni tú ni yo necesitamos hacer nada de eso, ni otros tantos miles de personas como nosotros, cuya única necesidad es andar un poco entre medio de transporte y medio de transporte y unas buenas posaderas que los soporten mientras se apoltronan frente al televisor, el PC o en algunas de las muchas aulas y oficinas donde se ubican la inmensa mayoría del personal a partir de los tres años de edad en los países desarrollados (que son los que importan). Pero no, teníamos que nacer en esta época, viéndonos obligados a hacer ejercicio constantemente, dietas, regímenes, visitas a médicos de todo tipo,... si no esperen a sobrepasar los cuarenta. Ya lo dijo alguien muy listo, el ser humano está concebido para vivir hasta los cuarenta años, hasta ahí es fácil hacerlo, por muchas perrerías que se le hagan al cuerpo, pero, a partir de los cuarenta, la salud hay que currársela, señores, no se duerman, o pasarán a engrosar la cada vez más abultada lista de pacientes eternos hasta convertirse en muertos vivientes cuya única preocupación será qué especialista me toca ahora ver o quién me llevará al hospital la próxima vez.
Pero no se acongojen, ni ustedes ni yo tenemos la culpa de todo esto, es la Vida, que es así, y bien poco podemos hacer por remediarlo. No pretendo crear sentimientos de culpabilidad ni despertar conciencias aletargadas, a estas alturas, bastante tenemos ya con la lata que nos dan los políticos de turno con sus inacabables ansias de protagonismo y su inalterable afán de manipulación. Yo, desde luego, ya me he cansado de coger el atestado y maloliente autobús en vez de mi contaminante coche, o de lavarme las manos con un hilillo de agua que apenas me las moja; estoy harto de andar continuamente preocupado por el futuro, por los jóvenes, por la educación, por las playas, por los ancianos, por la capa de ozono, por los mares y océanos, por la economía, por la seguridad laboral, por los emigrantes, por la vivienda, por los bosques, por los pantanos, por las especies en extinción y por todo aquello que quieran hacernos creer que corre serio peligro de desaparición o destrucción y que además es de vital importancia para la supervivencia del ser humano. Táchenme de inhumano o de pasota si quieren, pero debo confesar que me importa un bledo que las mujeres aborten (favor que le hacen al ya abarrotado planeta), que los homosexuales contraigan matrimonio (o como quieran llamarlo), que los amargados o los moribundos decidan acabar de una vez con su sufrimiento, que los nacionalistas construyan fronteras o que los políticos sean promiscuos. Estoy cansado de que otros pretendan decidir por mí qué debo comer, cómo debo vestir, a quiénes debo votar, cuándo debo adornar mi casa o sembrar un árbol, cuántas copas de vino tengo que tomarme o cuánto y cómo debo caminar, qué piezas de fruta debo comerme, qué programas de televisión deben gustarme, o cuales no, en qué o quiénes debo creer, cuándo y cómo debo celebrar algo, dónde debo ir de viaje, cuántas veces debo de hacer el amor, qué aparatos electrónicos me son indispensables para vivir... y para colmo debo oír que lo hacen porque se preocupan por mí, cuando la realidad es que nadie se preocupa por mí, sólo yo, cuando me dejan. No puedo dejar de recordar el célebre episodio de Diógenes el cínico y el gran Alejandro Magno, cuando éste le preguntó que qué podía hacer por él y el filósofo griego le contestó que podía apartarse para no quitarle la luz del sol; sublime. Pues lo mismo grito yo a los cuatro vientos: ¡Déjenme vivir en paz! No soporto ni un minuto más las infantiles riñas de patio de colegio de nuestros políticos en busca de una poco disimulada intención de manipularlo todo, con el único propósito de justificar sus inamovibles cargos. No quiero que me digan lo que es blanco o lo que es negro, quiero que me dejen mirarlo a mí para poder decidir por mi cuenta. Creo que tampoco pido tanto.
Espero que sepan disculpar este arrebato de sinceridad y no sean muy duros conmigo, pero es que necesitaba desahogarme de alguna manera y les ha tocado a ustedes aguantar el chaparrón. Si he desilusionado a alguien, espero que recuerde que sólo soy un ser cambiante, como todo en el Universo, y que ahora no soy el mismo que fui ayer, ni mañana seré el que soy hoy; tengan esperanza, quizá mañana pueda volver a entusiasmarles (si es que alguna vez lo hice). Les aconsejo que no me hagan mucho caso, o si acaso, échenle otro vistazo al consejo que aparece sobre estas líneas, bajo la etiqueta de “El más sabio de los consejos”; es lo único que me atrevo a decirles y, después, hagan lo que reverendamente les venga en gana. Si quieren leer sinceros sentimientos bien expresados visiten la mente de Navi o el lunático país de Natacha, o si prefieren deleitarse con maravillosos poemas les recomiendo que suban a la colina de mi amigo Doncel, o que golpeen en la pared de la siempre inspiradísima Maya, por mencionar algunos, o si lo que les gustan son las verdades como puños bien reflexionadas y consensuadas pasen por casa del ingenioso mpiryco, o viajen con Mariola y José Luis si les apetece escuchar buenos consejos (pero para después seguirlos, o intentarlo por lo menos), porque lo que es yo, de momento no puedo ofrecerles otra cosa, lo siento; aunque, si les sirve de consuelo, nunca dejaré de pensar que la Vida siempre merecerá la pena ser vivida con intensidad, ya que es un regalo que alguien nos hizo un día desinteresadamente, sin pedir ni esperar nada a cambio, y sólo por eso, en agradecimiento, nuestro deber es vivirla con ilusión, esperanza, buenos sentimientos y mucho corazón. Espero que nadie me malinterprete, aunque si lo hacen, allá ustedes.
Que tengan un buen día.
24 Consejos, saludos, propuestas...:
¡¡Pedro!!! Por un momento pensé que me había equivocado de blog. Que cambio de registro más radical, pero, pero..... si me ha encantado!!!! Llevas más razón que un santo, y creo que te has expresado con el alma. Si hijo, la vida es así de asquerosa, aunque también tiene cosas buenas, que la veamos de una u otra forma solo depende de nuestro grado de cabreo y tú estás hoy que... joé, cualquiera te sopla!!!
Un solidario abrazo
Irene
Conozco a varios de tus blogs recomendados.
La vida merece ser vivida, de eso nunca tuve dudas y para ser agradecidos a quienes nos pusieron en este mundo, debemos disfrutarla lo que más podamos!
Te dejo un beso!
¡¡¡Vaya si te desahogaste!!! jajaja, yo suelo pensar así, pero pensar positivo o negativo no cambia las cosas...
sobre tus "dale o dile" te cuento: tengo un trastorno bipolar y me tengo que aguantar que me digan "ayúdate tú misma, tienes que salir adelante", me da rabia porque es como pedirle a un paralítico que corra. No se puede, así de simple.
Bueno, llegué a tu blog por casualidad y me gustó este post tan apasionado, como gritando al viento...
Un saludo desde Chile
Hola Pedro,
Un gusto volver a saludarte.
...y este arrebato de pesimismo?
Con todo respeto, difiero con tus opiniones. Cuando mi hija se reúsa a tomar la medicina porque sabe fea, yo le digo 'tú puedes hacerlo, lo sé', y en dos segundos da el sorbo. Esto significa que sí sirve de algo el animar y exhortar a otros. En mi vida ha existido gente que con una acción o una palabra han tocado mi vida profundamente, me han ayudado a ser mejor persona y ultimadamente más felíz, pues no sólo han sido ejemplo e inspiración, sino que han reflejado también realidades que no deseo vivir.
Puedo decirte que uno le da el enfoque a la vida. Todo tiene más de una cara, más de una perspectiva. Yo solía ser pesimista y poco a poco he ido aprendiendo a ser felíz simplemente viendo ambos lados de la moneda y quedándome con el que me hace más felíz.
Un beso, Pedro.
Amigo Pedro, este mensaje me ha hecho sonreir, y mucho la verdad. Cada uno ve la vida del color que la quiere ver, y hubo gente que dice haber encontrado la paz y serenidad en un campo de concentración, o esperando en el corredor de la muerte. Creo que la vida es como quieras que sea. Estamos expuestos a un sin fin de estímulos, preceptos, prejuicios, y todo eso. Apartir de ahí moldeamos, y nos moldean, una personalidad, un cristal de color con el que medimos todo lo que pasa enfrente de nuestros sentidos. Y eso es lo que hay.
¿Sólo eso?
De lo poco que me conoces sabes que opino que hay más, mucho más.
Pero esa es mi opinión tintada de mi color.
De verdad, créeme, he disfrutado mucho leyendo tu escrito. Tienes mucho sentido del humor, aunque esté revestido de otros tintes.
Aún sonrío, gracias.
Uff que verdades mas grandes, sólo en una no te doy la razón, paso de los 50 y estoy muy sana, vivo igual de que de 30 y con más salud.
Fue bueno leerte
Un abrazo.
Me gusta el punto reivindicativo que pones siempre a tus reflexiones, hay huracanes en las letras que lo contienen. Por cierto, he leido el prólogo del libro y no tienen ni idea las editoriales de lo que se pierden, te lo escribo aquí porque no he podido ponerte este comentario en ese blog. Estoy deseando leer el primer capítulo.
Ya estoy por aquí de nuevo!
Las obras llegaron a su fin y espero poder comenzar a visitarte y dejarte mis comentarios junto con mis besos, cariñosos y tiernamente dulces.
** MARÍA **
Hola Pedro:
Me gustó lo que escribiste, aunque sea desgarrador.
No te disculpes por nada, porque todos en algún momento, nos hemos enfadado con muchas cosas.
Lo importante es que tengas claro que la vida es lo que es y la vives según la quieras vivir y tu eliges hacerlo con intensidad, así que, si un día necesitas desahogarte, qué mejor forma de hacerlo que denunciando injusticias?
Yo sé que pones mucho corazón y buenos sentimientos.
Un abrazo y muchísimos besos a todos.
Total, ¿que mas nos queda aparte de gritar?. Como dice la imagen de un volcan que tienes al lado izq del blog cuando ya no puedas mas explota...
Lo que me llama mucho la atencion es el instinto de superheroe y tratar de salvar al mundo. A mi tambien me asfixian las injusticias que se cometen, que parecen ser tan universales com el amor, justo ahora me llego un correo de un tipo de tabasco que abuso de uno de sus pacientes...de 5 años.
Tristemente para estas inusticias no podemos hacer mas que velar por los nuestros y por nosotros mismos que somos lo que, a veces, se puede proteger, te devuelvo el consejo que me diste en mi blog, desahogate, un abrazo, diviertete (total ya nos tuteamos no?).
te recomendaría leer algunas de lás crónicas de guerra de Kapusinzky.
Vaya tela, ando cansada de todo, sin ganas ya de demostrar que tengo algo de é en la gente, orque hoy no la tengo, y leo eto, que confirma lo que siento y pienso... hoy no es el día.
Me ha gustado mucho este sitio, seguro que vuelvo.
Kisses
P.S. En miblog te he dejado la respuesta del pelícano.
Hay Pedro, lo pirmero mandarte un abrazo muy fuerte.
Es sobrecogedor lo que escribes pero en genereal creo que es cierto. Sin embargo también afirmas que aprendamos de la naturaleza. Amigo, la naturaleza es absolutamente cruel. Debemos de tomar Lo Bueno de ella, como en todo.
Te dejo un reagalito que te viene al pelo, creo yo, jajaja:
Quiero invitarte a un juego: Ocho cosas para hacer antes de morir.
Reglas del juego:
1. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas que quiere hacer antes de morir, no importa las que sean, pero que sean 8.
2. Hay que escribirlas en el propio blog, junto con las reglas del juego.
3. Hay que seleccionar a 8 personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres.
4. Es importante no olvidar dejar un comentario desde donde nos invitaron a jugar.
Besos.
Hola pedro. Paso hoy porque quería tener tiempo de leer tu extenso post. Lejos de decirte que estoy asombrada, decepcionada o escandalizada... creo que sabes que suscribo absolutamente todo tu texto. Creo que estaba esperando que escribieras algo así.
¿Que si me has decepcionado? Te aseguro que este escrito sólo hace que tenga de ti, aun más, un concepto especial. Eres especial y lo sabes, al menos para mí.
El mundo es una mierda, es verdad, pero En este cachito... hemos conseguido que brille ¿eh? es un cachito amable de nuestro mundo, cariñoso, solidario, amigable... creo que tenemos suerte, al menos más que algunos que ni siquiera pasarán por aquí.
Yo sigo pasando y seguiré pasando por tu vida... si tu me dejas.
Un abrazo, amigo. Hay que besar, pero también hay que gritar hasta quedarse afónico.
Natacha.
¿Que valor tiene un beso?
¿Que valor tiene un mordisco? Las cosas ni son ni valen, ni las podemos elegir.
Dime ¿que valor tiene un beso sin mordisco?
Tampoco tienen valor juntos, sino el deseo del beso y el temor al mordisco.
Ahora, deseo y temor, ahí está el valor. Eso es estar vivo.
Tengo mas miedo al deseo que al temor. El deseo es compromiso y el temor silencio.
Líbrate del deseo, del sentido, de la razón y de la verdad y los encontrarás.
Un abrazo y
¡Salud!
He pensado eso mismo miles de veces, en días de cabreo infinito y negro, como parece el tuyo, pero nunca tuve el valor ni de decírmelo a mí misma. A ver cómo se vive después de eso...
Me ha gustado tu sitio (a pesar del recibimiento...;P ), si me lo permites, volveré por aquí. Aunque miedo me da...
Saludo.
Vaya! acabo de conocer tu blog y que puedo decir...que razón tienen tus palabras.
Besosos salados
Pedro, la negrura que describes es cierta, y aun hay mas.
Pero no es la Vida, una mierda. La Vida siempre nos regala una oportunidad nueva. Somos los seres humanos los que nos empeñamos en hacer de nuestras vidas y de la de los que nos rodea un desastre total. Llevamos miles de años de "evolución" y no hemos aprendido nada.
¡Hola Pedro! Siento mucho haberte conocido en un momento tan pesimista; Aunque en la mayoría de tus apreciaciones tienes toda la razón, no ha dejado de cavar hondo en mi recordarme tanta miseria humana que trato por todos los medios disipar votando de mi mente todo lo que a ella martirice; Tengo ya bastante trabajo mental el cambiar pensamientos destructores por positivos.
Agradezco tu visita y espero encontrarte mejor la próxima vez.
Un abrazo.
Pedro, me ha pasado un poco como a Irene, pensé qe me había equivocado, pero al leerlo, veo que tienes demasiasa razón, lo que ocurre es que siempre queremos vivir con la esperanza de poder cambiar a las personas y a este mundo...
Está bien desahogarse y decir cuatro verdades al viento, o a quien las quiera oir.
Me lleve tu link amigo!
Un abraszo:)
Hola Pedro! me ha gustado lo que has escrito, muchas verdades.Espero que te haya servido de desahogo.Te cuento un secreto; siempre habia dicho que con vivir 40 años tenía bastante, sigo pensandolo, me hubiera ahorrado la silla, el gasto de la seguridad social y los dolores, pero como sé lo que sienten los que se quedan por eso sigo.besos
anamorgana
He entrado aquí por casualidad, y me eh encontrado con este escrito, que por cierto he leido hasta el final, porque en realidad todo lo que dices,mas de uno lo hemos pensado y lo hemos dicho alguna que otra vez, y hay dias que es verdad que entran ganas de tirar la toalla y mandarlo todo al carajo, pero hay que seguir aquí, y seguir intentandolo,y tal vez hay quien se agarre a bellas poesias,o pensamientos maravillosos, pero es que es la unica forma de salirse un poco de la realidad, de endulzar un poco los dias, de colorear un poco la vida para que no nos parezca tan gris, y seguir palante con otra cara.
Pedro, me ha encantado leer todo esto,ojalá todos fueramos más sinceros y tuvieramos el valor de denunciar los abusos que existen en esta vida. Sinceros y valientes, porque ya es malo que ocurran cosas como las que has descrito pero callarlas es como otro crimen más.
Sí que también es verdad que los medios nos presentan sólo las miserias más asquerosas de la humanidad, que no vende ni da morbo una puesta de sol hermosa ni la generosidad y el trabajo duro de mucha gente que pasa por el mundo haciendo mucho bien a los demás. Sigue siendo sincero, que ya ves que hay mucha gente que quiere escucharte.
Eva.
Si no nos rebeláramos indignados contra la realidad y no buscáramos la forma de afrontarla y corregirla creo que nos habríamos extinguido ya. La justicia no existe por eso hubo que inventarla y me parece que por eso es tan imperfecta. Difícil píldora de tragar, especialmente para una persona sensible y empática. Magnífico post lleno de indignada sinceridad. Te felicito.
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