miércoles, 28 de mayo de 2008
–Mamá, ¿dónde van las estrellas cuando amanece? Y la luna, ¿dónde se esconde?
–Se ocultan tras la cortina de luz que extiende el sol.
–¿Por qué?
–Porque no buscan competir con la belleza del sol. Se conforman con el tiempo que les ha sido concedido.
–Y ¿dónde se va el sol cuando anochece?
–Va a dar luz y calor a otros que también lo necesitan.
–Mamá, ¿por qué no se caen las nubes?
–Porque las sujeta la mano de Dios.
–Mamá, ¿por qué el cielo es azul durante el día?
–Para que siempre sea agradable mirarlo.
–Y de noche, ¿por qué es negro?
–Porque así también podremos ver las estrellas con los ojos cerrados.
–Mamá, ¿es verdad que cuando sea mayor lo entenderé todo?
–No hijo, eso no es verdad.
–Entonces, ¿por qué me dicen los adultos tantas veces que cuando crezca lo entenderé?
–Porque ellos han crecido demasiado deprisa como para recordar aquello que no entendían cuando eran niños.
–¿Y cómo sabré que ya he crecido?
–Cuando empiece a preocuparte la vejez.
–¿A ti te preocupa ya?
–Gracias a ti, sólo a veces.
–Mamá, ¿por qué los abuelos están siempre tan cansados?
–Porque llevan toda su vida trabajando para que tú y yo seamos felices.
–¿Y cómo sabes que somos felices?
–Porque cuando nos miramos, sonreímos.
–Mamá, ¿por qué los vecinos siempre están discutiendo?
–Porque están demasiado ocupados como para escucharse.
–Mamá, ¿por qué los papás de Nicolai tuvieron que ir a buscarlo a otro país?
–Porque los niños no siempre nacéis donde debéis.
–¿Yo nací donde debí?
–Claro que sí.
–¿Y cómo lo sabes?
–Porque aquí hay gente que te quiere.
–Mamá, ¿qué seré cuando sea mayor?
–Espero que lo mismo que ahora, una persona curiosa.
–Mamá, ¿de verdad existe Dios?
–No lo sé, hijo, pero me gusta pensar que sí.
–Pero sólo porque lo pienses no va a existir...
–¿De veras? A veces las cosas sólo existen cuando las pensamos y desaparecen cuando dejamos de pensar en ellas.
–Mamá, ¿tú y yo siempre estaremos juntos?
–Si piensas en mí, sí.
–¿Por qué la gente se muere, mamá?
–Porque es necesario.
–Pero yo no me quiero morir y tampoco quiero que tú te mueras.
–Recuerdo cuando estabas en mi interior que tampoco querías salir, y lloraste mucho cuando los médicos te ayudaron a venir a este mundo. ¿A que ahora te alegras?
–Sí. Pero yo no me acuerdo de lo que quería cuando aún no había nacido.
–Pues lo mismo ocurrirá cuando te mueras.
–¿Entonces papá ya no se acuerda de nosotros?
–Depende; igual que tú me tenías a mí y a los médicos antes de nacer para ayudarte, también tu padre nos tiene a nosotros todavía aquí.
–Pero mamá, ¿a dónde se fue papá después del accidente?
–Ya te lo he dicho, a ninguna parte; él sigue aquí con nosotros.
–¿Y por qué no lo puedo ver?
–Duérmete y lo verás.
¿Cuántas veces las respuestas que se les da a los niños son las más sensatas?
¿Cuántas veces lo niños se cuestionan lo que los adultos no nos atrevemos?
¿Cuántas veces los niños deberían de seguir siendo siempre niños?
¿Cuántas veces los adultos deberían de dejar de ser adultos?
–Se ocultan tras la cortina de luz que extiende el sol.
–¿Por qué?
–Porque no buscan competir con la belleza del sol. Se conforman con el tiempo que les ha sido concedido.
–Y ¿dónde se va el sol cuando anochece?
–Va a dar luz y calor a otros que también lo necesitan.
–Mamá, ¿por qué no se caen las nubes?
–Porque las sujeta la mano de Dios.
–Mamá, ¿por qué el cielo es azul durante el día?
–Para que siempre sea agradable mirarlo.
–Y de noche, ¿por qué es negro?
–Porque así también podremos ver las estrellas con los ojos cerrados.
–Mamá, ¿es verdad que cuando sea mayor lo entenderé todo?
–No hijo, eso no es verdad.
–Entonces, ¿por qué me dicen los adultos tantas veces que cuando crezca lo entenderé?
–Porque ellos han crecido demasiado deprisa como para recordar aquello que no entendían cuando eran niños.
–¿Y cómo sabré que ya he crecido?
–Cuando empiece a preocuparte la vejez.
–¿A ti te preocupa ya?
–Gracias a ti, sólo a veces.
–Mamá, ¿por qué los abuelos están siempre tan cansados?
–Porque llevan toda su vida trabajando para que tú y yo seamos felices.
–¿Y cómo sabes que somos felices?
–Porque cuando nos miramos, sonreímos.
–Mamá, ¿por qué los vecinos siempre están discutiendo?
–Porque están demasiado ocupados como para escucharse.
–Mamá, ¿por qué los papás de Nicolai tuvieron que ir a buscarlo a otro país?
–Porque los niños no siempre nacéis donde debéis.
–¿Yo nací donde debí?
–Claro que sí.
–¿Y cómo lo sabes?
–Porque aquí hay gente que te quiere.
–Mamá, ¿qué seré cuando sea mayor?
–Espero que lo mismo que ahora, una persona curiosa.
–Mamá, ¿de verdad existe Dios?
–No lo sé, hijo, pero me gusta pensar que sí.
–Pero sólo porque lo pienses no va a existir...
–¿De veras? A veces las cosas sólo existen cuando las pensamos y desaparecen cuando dejamos de pensar en ellas.
–Mamá, ¿tú y yo siempre estaremos juntos?
–Si piensas en mí, sí.
–¿Por qué la gente se muere, mamá?
–Porque es necesario.
–Pero yo no me quiero morir y tampoco quiero que tú te mueras.
–Recuerdo cuando estabas en mi interior que tampoco querías salir, y lloraste mucho cuando los médicos te ayudaron a venir a este mundo. ¿A que ahora te alegras?
–Sí. Pero yo no me acuerdo de lo que quería cuando aún no había nacido.
–Pues lo mismo ocurrirá cuando te mueras.
–¿Entonces papá ya no se acuerda de nosotros?
–Depende; igual que tú me tenías a mí y a los médicos antes de nacer para ayudarte, también tu padre nos tiene a nosotros todavía aquí.
–Pero mamá, ¿a dónde se fue papá después del accidente?
–Ya te lo he dicho, a ninguna parte; él sigue aquí con nosotros.
–¿Y por qué no lo puedo ver?
–Duérmete y lo verás.
¿Cuántas veces las respuestas que se les da a los niños son las más sensatas?
¿Cuántas veces lo niños se cuestionan lo que los adultos no nos atrevemos?
¿Cuántas veces los niños deberían de seguir siendo siempre niños?
¿Cuántas veces los adultos deberían de dejar de ser adultos?
32 Consejos, saludos, propuestas...:
Que precioso texto...
¿Cuantas veces deberiamos escuchar la verdad de los niños?
Muchos besos
Lágrimas de mar
Delicioso, pedro. Es tan real como la misma vida
Me has recordado cuando mi hijo pequeño (ahora tiene 14 años) me preguntó si era verdad que los reyes no existían...
Le miré y le dije: " El día que dejes de creer, dejarán de venir..." Nunca más me lo preguntó y sigue, aún hoy haciendo sus peticiones a los reyes...
Son la cosa más hermosa que uno puede llegar a imaginar. Adoro a los niños y el aire que dejan al pasar.
Un beso, querido.
Natacha.
Qué dialogo más enternecedor.
Todos los que hemos tenido hijos hemos tenido la oportunidad de vivir situaciones como las que describes. Algunas han quedado en nuestro recuerdo porque la inocencia las pintó de luz y nunca se borraron.
Me ha encantado leerte.
un besazo
bufffffffff!!!
me acabas de dar de lleno. Las mismas preguntas que me hago yo todos los dias cuando me levanto, y me enfrento a ese enano de 7 años, que lo mira todo desde otra prespectiva...
sabes que pienso que siempre con la verdad sin matar las ilusiones, no se si sera lo correcto.....
un beso de miercoles,
Los niños son sabios, a medida que crecemos, nos vamos haciendo más racionales y esa sabiduría de la pureza se va escondiendo.
Un beso, me dejas pensando, como siempre!
Para llegar a ser niño, hace falta ser camello y soportar todas las cargas y esfuerzos. Después hay que ser león, para rebelarse y hacerlo con fuerza y decisión. Así, finalmente podremos llegar a ser niños ¡otra vez!
[© F Nietzsche, Así habló Zaratustra]
Como me recuerda la época en que mis hijos andaban todo el dia preguntando todo lo que se les venia a la mente, y como se me quedaban mirando esperando a ver que les decia y como me volvian a repetir la prengunta si no se quedaban conformes con mi respuesta. Un beso
Hola amigo! te conocí en el blog de Mariamr
leí tu perfil, me ha gustado igual que este post... Creo que nunca hay que dejar de cuestionarse... porque todo tiene un porque por absurdo que parezca
Te vendre a leer si me lo permites me parece que tienes un buen blog con excelente material
Naty
Ya mis hijos son grandes, pero aún recuerdo nuestras charlas y tooooooodas las preguntas jaja...tu post me agradó muchísimo, cuanta ternura querido amigo y cuanto grato recuerdo que ahora vuelvo a vivir y revivir ahora en estos tiempos de abuela con mi nietito y sus preguntas!!Un besote inmenso para vos!
Yo creo que a los niños lo importante es responderles con nuestro sentimiento, con nuestra verdad, pues de lo contrario es muy fácil que nos cojan en fuera de juego.
Un abrazo
Ser niña bueno sí lo soy nunca lo he dejado de ser, de asombrarme ante la vida con las cosas... de seguir creyendo en Los Reyes.......................................... de pensar que la vida tiene magia y que podemos cambiar entendiendo y dando .................no quitando Simpre me dicen que estoy llena de preguntas y que mi vida es un asombro, asombro y me aombro ante la vida
-Porque ellos han crecido demasiado deprisa como para recordar aquello que no entendían cuando eran niños.
-A veces las cosas sólo existen cuando las pensamos y desaparecen cuando dejamos de pensar en ellas.
Ambas frases son hermosamente ciertas, Pedro y con ambas me trasladaste al rincón donde mi sensibilidad puede expresarse sin temor.
La vida debería permitirnos, alguna vez, retomar el pasado y, en algún punto, podernos reencontrar con la niñez.
Mi niña no muere, mi niña sigue preguntando, sigue doliéndole el mundo, sigue buscando manos y sueños, sigue encontrando elefantes dentro de serpientes boas, sigue mirando asombrada los atardeceres.
Gracias por cada palabra de este texto, es, sin duda, un maravilloso regalo para reflexionar.
Un abrazo y mi afecto
Pilar
Pedro, así, justo así son los niños. Con su inocencia preguntan todo lo divino y lo humano. Los padres debemos andar con reflejos para no contradecirnos, ni variar las respuestas un ápice de una vez para otra si no queremos vernos en serios problemas, porque ellos no olvidan, tienen una memoria infinita.
Como siempre, Pedro, un texto delicioso.
Un fuerte abrazo
Comentario 14..Ufff!! Pasé por aquí y bueno, no soy muy partidaria del trece, así es que rápidamente, ingresé el catorce!
Aprovecho de saludarte y desearte un feliz fin de semana
Pilar:)
¡Cuanta ternura hay en este relato!
¡Cuantos recuerdos de preguntas inocentes!
De niña yo a mis padres, y de adulta, mis hijos a mi.
¡Precioso post querido Pedro!
Abrazotes de osa♥
"Sejuela" "Se jue la juventud".
Aquí el gaucho en vez de decir "fue" pronuncia "jue"
Ya ves que no sos torpe sino que no haz entendido la dicción nuestra.
Y la cura cuando se va la juventud, nada mejor que rodearse de gente joven, ellos te la devuelven y te inyectan las ganas de vivir.
¿Te sirvió la explicación?
♥Besitos mil♥
hola divino pedro:
hermoso texto que la verdad es que nos lleva a la reflexion ...de cuanto de niños tendriamos que conservar...con solo un poquitin de conservarlo ..conservariamos un poco de inocencia....y muchas veces los niños son el ejemplo que los adultos no somos para ellos...
un besin gigantesco!!!!!!! :)
lOS NIÑOS Y SUS INTERMINABLES E INSISTENTES PREGUNTAS...
Muchas veces intentamos encontrar las respuestas, pero se nos hace difícil, pues ni nosotros sabemos qué contestar.
Un abrazo:)
Interesante diálogo.
Tal vez sea porque trabajo con niños, pero hay muchas preguntas de ese tipo que aún me hago. O tal vez sea porque nunca nadie me dió una respuesta convincente y que yo pudiese asimilar como lógica y certera. El caso es....que prefiero seguir haciéndome preguntas, no soy conformista, que se le va a hacer.
Una cosa antes de despedirme.... Jamás le digo a un niño que eso lo entenderá cuando sea mayor.
Interesante blog Pedro, hasta pronto.
Pilar
excelente blog ¡
"Aquellos pequeños locos"
Gracias mi amigo por pasar mi casa si esperar nada.
Te aprecio mucho.
Un biquiños gallego.
Inma
Hermoso el diálogo, todos hacen referencia a las preguntas inocentes del niño pero que tienen una pronfundidad inmensa, son preguntas filosóficas que a los adultos nos hacen reflexionar.
Pero son divinas las repuestas, no creo, que mis respuestas hayan sido tan sabias, pero de cualquier manera, tratamos en su momento de dar las mejores respuestas posibles como papás.
---o0o--- -
"A veces las cosas sólo existen cuando las pensamos y desaparecen cuando dejamos de pensar en ellas."
Esta reflexión tan perfecta, dirigida a la creencia de Dios, ¿Se podrá utilizar, ante un problema? No pienso desaparece, en realidad no puede desaparecer un problema pero no estar pensando todo el día en él ayuda a resolverlo..
Ni sé porque me fui de tema pero me gusto la reflexión y la imagine en otro contexto.
Saludos desde argentina
Silvia
Hola Pedro, simplemente me encanta esa manera tan descarada y sutil de meditar y cuestionar las cosas, que gusto que tengas esa habilidad y esas ganas de marcar un cambio, un abrazo, salu2.
Excelente post, Pedro!
Una de las circunstancias más difíciles de explicar para mí (y te aclaro que soy comunicadora social) fue la desaparición física de los seres queridos...a mi hijo.
Preguntas directas, mirándote a los ojos y una lógica que no admitía el consuelo de la religión.
La maternidad-paternidad nos da la oportunidad inmejorable de aprender de los "locos bajitos". Tienen mucho que enseñarnos!
Saludos cordiales!
No he tenido tiempo de leer tus esccritos que me encantan... prometo hacerlo uno de estos días.
besotes, besitos y abrazos
Hola, hermoso texto.Los adultos siempre deberíamos recordar como eramos cuando niños y volver a aquel tiempo de vez en cuando. Besos
anamorgana
¡¡PEDRO, no quiero ser mayor.!!
Un abrazo amigo.
Antonio
Esa curiosidad es la que siempre deberíamos de mantener y no cambiarla por el conformismo.
Saludos!!!
Pedro: Dicen que los mejores maestros son los niños. Y es verdad.
Un beso.
M'a gustao, nunca deberiamos de dejar de ser niños curiosos
Pedro, yo no soy adulta por tradición familiar, te conté que mis tías y tíos dicen que "ser viejos es llegar a los 150 años", son longevos y llenos de humor y vida!!!, ya sabrás de las preguntas de los niños Y CÚANTO SE APRENDE DE ELLOS MI VIDA!!!, por qué, por qué y la ingenuidad qué maravilloso!!! Abrazos perfumados!!!
Hermoso Texto Pedro. No hay duda, los niños son unos sabios para realizar su preguntas. Y estoy totalmente de acuerdo, muchos adultos deberían de ser siempre niños.
Realmente maravillos escrito.
Un abrazo,
Maya
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