Vida más allá de la memoria

martes, 1 de julio de 2008

Abro los ojos.
Una luz ambarina me da la bienvenida... aunque no sé a donde.
Mis pupilas revolotean en busca de una explicación.
No la encuentran.
Un techo inalcanzable sobre mi cabeza, una superficie mullida que me sostiene, la pequeña ventana por donde se cuela el día,... poco más; extraños objetos y muebles característicos de cualquier dormitorio.
No comprendo nada.
No sé quién soy, no sé dónde estoy.
Me incorporo lentamente, tembloroso. Me rodea un mundo inquietante; imágenes irreconocibles me observan sospechosamente, parapetadas en marcos protectores, formas inanimadas de multitud de colores y tamaños aumentan aún más mi desconcierto. Algo que tengo a mi alcance despierta mi curiosidad con un contoneante tic tac que me sugestiona; me atrevo a cogerlo, le doy vueltas, lo zarandeo intentando hallar su imposible secreto, pero cedo ante su magia.
Ante mí se abre una puerta amenazadora..., aunque quizá liberadora. Intuyo que ese es el camino que debo seguir, a pesar de que mi corazón galopa en sentido contrario. Un profundo pasillo interminable, más imágenes a lado y lado que se ríen de mí, más cosas misteriosas, más amenazas, y un nuevo reto. Otra puerta a mi lado me invita a conocer los arcanos que oculta en su interior.
Entro. Giro la cabeza en busca de un consuelo y ante mí una gran imagen me mira espantada, obligándome a saltar hacia atrás al mismo tiempo que sofoco un grito de sorpresa y terror.
Mi corazón ocupa todo mi interior.
Intento controlarme; esta imagen es distinta a todas las demás; se mueve y me espía con la misma curiosidad que yo a ella. Me acerco y palpo con estupor la superficie lisa que la ampara. O que la aprisiona, porque parece que quiere salir, me pide ayuda, intenta coger mi mano. Pero todo es inútil; no puedo librarla de su prisión. La abandono con pesar en su infortunio.
Prosigo mi exploración. Estancias abarrotadas de cosas raras, aparatos de utilidad sospechosa, más imágenes inquietantes; ahora puedo reconocer algunas: pertenecen al cautivo del cristal, cuando aún era libre y podía mudar de apariencia a voluntad. Entonces era alegre, no daba miedo. Pienso que también yo estoy encerrado entre cuatro paredes y la angustia que me sube por la espalda me obliga a buscar una salida de todo esto.
Necesito encontrar respuestas.
Una nueva puerta acristalada mayor que las demás me ofrece su ayuda mostrándome la libertad con forma de luz amarilla que celosamente se alberga tras ella. La abro con impaciencia y el espectáculo que me ofrece la primavera me desborda los sentidos; multitud de nuevos olores y colores acuden a mi mente aún virgen y receptora.
Pero la mayor de todas las amenazas irrumpe sin aviso en mis ensoñaciones y me deja petrificado en el dintel de la puerta. Un extraño ser de cuatro patas se acerca velozmente babeando y meneando insistentemente su lánguida cola. Demasiado tarde para huir; cierro los ojos intentando domar al tren desbocado en el que se ha convertido mi corazón. No ocurre nada. La criatura se contenta con lamer un poco mis pies descalzos y se retira aburrida y cabizbaja.
Vuelvo a ser libre.
Este nuevo mundo me fascina; quiero oler cada color, abarcar cada fragancia que la brisa me susurra y ver a través de cada rayo de luz que ante mí aterriza. Me abrazo al sol, absorbo su cálido perfume, acaricio una a una las nubes que se mecen indolentes sobre mi cabeza y me columpio ingrávido a merced del relámpago que recorre mi espalda y desemboca en mi cerebro. ¿Puede haber mayor placer? Mis pies descalzos flotan sobre el refrescante manto verde que cubre el mundo y me hacen danzar olvidándome de todo...
¿Olvidándome de qué?
... hasta caer extenuado bajo una amplitud celeste inabarcable.
De repente mi mirada cambia de dirección; ahora apunta directamente hacia dentro. Se clava en lo más hondo de mi ser, y como una palanca acerada, consigue entreabrir la trampa que apresaba la memoria. Mi boca conforma una mueca extraña, ahogando para siempre la sonrisa, al tiempo que mi mente entra por la puerta grande en el mundo real. Veo que el jardín necesita una poda urgente y que el rocío del césped me está poniendo el pijama perdido. Gento, mi perro labrador, se me vuelve a acercar perezosamente, lo acaricio e intento disimular la sombra que me cruza el rostro.
“El doctor tenía razón”, le susurro al oído al animal, “ya ha comenzado”.

28 Consejos, saludos, propuestas...:

mj dijo...

Hola Pedro.
Me ha impresionado tu relato.
Mientras iba avanzando en su lectura, mi mente recordaba escenas de varias pelis...entre ellas la de "Mas allá de los sueños"...sobre todo en la parte que haces una descripción de un nuevo mundo, abrazado al sol...etc.
Precioso.
Ya me dirás lo del doctor, de momento sólo lo sabe tu perro...
Un abrazo de nube
M.JOsé

Anónimo dijo...

Hola Pedro, me he quedado fascinada leíendo tu relato. Me ha gustado y el final me ha parecido algo que esperaba, pero enigmatico.
Fantastico leerte. BESOS
anamorgana

mj dijo...

Hola de nuevo.
El placer es mio al leerte a ti...
Gracias por enlazarme a tu blog..., yo ya lo hice con el tuyo.

No sé que hacer con mi blog, no puedo crear entradas como antes. Las opciones de redacctar y html, ya no están...
Puedo escribir, poner imágenes, subir vídeos, pero cuando escribo no puedo cambiar tamaño de letra, color, etc..
Por eso, no sé si duraré mucho con el...o tendré que abrir otro...
Si tu sabes algo de esto, agradecería tu ayuda..
Un abrazo
M.José

mj dijo...

Ya lo he solucionado....
Gracias, por la atención
Un beso

...flor deshilvanada dijo...

Son pocas las palabras para decirte, Pedro...

Tu relato es impecable!

Te dejo un beso enorme!

Anónimo dijo...

HOLA PEDRO DIVINO!
ME HA ENCANTADO EL RELATO...TE DIRE QUE SON TAN CONFLICTIVOS LOS ADENTROS..LAS MENTES...Y LAS PERSEPCIONES SON TAN DISTINTAS A LOS OTROS....CADA UNO SURGE U RESURGE ANTE UNA TENU LUZ COMO LA DEL SOL...QUIZAS SOLO SEA UN DESEO DE VOLVER NUEVO...
BESOS EMORMES!

Anónimo dijo...

No valen las palabras más allá de los conceptos.

Saludos.

Natacha dijo...

Pedro, cuando la mente conecta y desconecta.... cuando hay cortocircuitos que te hacen perder temporalmente la memoria, volver a ser un niño vírgen... Volver es doloroso.
Algún día... no se vuelve. Quiero pensar que uno se puede quedar en ese sedoso césped y en los olores de la primavera. Ojalá.
Un beso, Pedro.
Natacha.

Anónimo dijo...

muy bueno el relato
es curioso cómo siempre tememos lo desconocido y cómo nos agobiamos cuando no nos encontramos en nuestro lugar.
Necesitamos de nuestro lugar para reconocernos a nosotros mismos.

un saludo :)

Fernanda Irene dijo...

Hola, Pedro

Vuelves a llenarnos de angustia con tu relato. Describes muy bien la pérdida de las más básicas referencias del protagonista y consigues introducir al lector en un ambiente desasosegado donde nunca sabe qué va a encontrar el personaje en el siguiente paso. Lo que tu has narrado, muy bien puede ser lo que siente alguien que empiza a tener algún tipo de enfermedad mental. Lo interesante es que has sabido meternos en la piel del protagonista. Muy bien, Pedro

Un abrazo enorme

Lágrimas de Mar dijo...

Es precioso leer algo así, me gustó mucho

Un besote

Lágrimas de mar

belona dijo...

Cuando despertamos, nos duran muy poco los sueños en la memoria.

PRUEBAS 2013. dijo...

Alzehimer???'. No lo creo, los que estamos dándole a la cabeza sin parar ...no no quiero creerlo. Hola amigo.

Cemanaca dijo...

El día nace y nosotros con el...ojalá por mucho años renazcamos aunque nos cueste adaptarnos cada día a nuestro cuerpo y nuestro entorno.

Saludos conversos.

Recomenzar dijo...

Una vez más me dejaste sin palabras...solo imaginando............
besos desde aquí mi rincón en Miami

josé lopez romero dijo...

Entré en este universo tuyo de una manera fantástica y con todas las letras. El enlace desde Anamorgana ha sido maravilloso por este encuentro. Mi afecto.

Jesús dijo...

Es lo que pasa cuando uno se olvida de si mismo, jejeje

LA CHINA dijo...

Pedro...en realidad una maravilla tu escrito, desde que empecè a leerlo no me perdì ni una sola de tus palabras......besos amigo bello, gracias por tu visita

Runas dijo...

De vez en cuando hay que dejar llevarse por la imaginacion porque tanta realidad aburre a veces. Un gran relato, me has tenido en ascuas hasta el final. Un beso

Anónimo dijo...

¡Vaya pesadillas! Seguro que despertaste sudoroso y con el corazón brincando. Yo de ti iría al psiquiatra, nunca se sabe.... bueno la verdad es que yo iría mejor al bar y me tomaría dos lingotazos; sientan mejor que la paliza freudiana.
Un abrazo lunático.

Sibyla dijo...

Parecía que la persona en cuestión sufría de amnesia, y el Dr, le había augurado que poco a poco iría recuperando la memoria...

Un relato atrapante!

Un abrazo:)

Yuria dijo...

Genial, Pedro. Me he sentido la protagonista dentro de este relato mientras lo leía y he podido experimentar sensaciones diversas: confusión, libertad,retroceso, etc.

Te felicito por cómo te ha quedado.

Un abrazo.

M. J. Verdú dijo...

Veo que tus relatos son de lo más interesantes... sin duda, tu blog tiene un encanto especial

Unknown dijo...

me ha recordado La Casa de los Espíritus, precioso. Ahora te lo digo, te lo digo...he sentido miedo, si vuelves a escribir así no vengo más a tu casa jijiji. Pedro mi gran amigo de tanto tiempo, participa del relato-cuento-narración-poesía por favor, ganarás porque lo haces muy bien...mis besitos y abrazos con temor!!!

AriaDna dijo...

La vuelta a la realidad de un mundo de fantasías

beso

Anónimo dijo...

Permiteme saludarte, estimado Pedro, mientras escribo aún estoy recuperándome de tus viajes, cuando se sienten propios es como huir en espiral pues nunca dejas de ver el centro que te mantiene unido y cercano, superando toda capacidad de salir velozmente de una realidad incómoda.Me detuve intempestivamente al observar que perdiste gravedad al quedar en el dintel de tu puerta, me pregunté de inmediato ¿No debiste quedar petrificado sobre el umbral? No a menos que estuvieses soñando, soñando que habias despertado aturdido a causa de las vibraciones luminosas de media mañana.

Un abrazo
Denis Lizarbe

misticaluz dijo...

Wowww a relajarte tocaa... jajaja me gusta perderme por aquí porque cada vez que entro descubro algo nuevo! Un abrazoo grandeee!

Anónimo dijo...

Memoria o me moría. Me has dejado síntomas de catatonia, pero sólo es vejez, dulce vejez.
¡Ya vendrá la puta ancianidad!
¡Salud!

Se acordaron de mí: